Hay dos Hong Kong.
Así cómo hay dos ciudades de cada una en que vivimos o visitamos pero en este caso tuve la oportunidad de vivir en ambas en muy pocos días y vibrar con el contraste.
Mis primeros tres días antes del Asia Contemporary Art Show del que participaba, estuve alojado en un hotel ubicado frente al puerto de pescadores de la ciudad. Allí todo olía. Las calles, las personas, los negocios. Todo. Mucha situación miserable en cada vereda y todo ello no tenía nada del glamour que uno imagina de Hong Kong. Viajaba todos los días a la otra parte de la ciudad (Centro) pero no quería desaprovechar la oportunidad que el destino me había puesto allí. Una noche, volviendo en taxi del centro al hotel, el taxista no encontraba el hotel y me dijo que esa zona no era muy conocida por los taxistas ya que no eran llamados con frecuencia de esos barrios para hacer algún viaje. Finalmente me dejó en un lugar definitivamente inconveniente y que yo me arregle de allí para llegar. Lo hice… no sin temores, pero sin problemas.
Esta parte de Hong Kong era rica en experiencias callejeras. Me interné en el puerto para vivenciar el trabajo que allí se hacia. Las experiencias no-turísticas siempre son muy bienvenidas por este Voyeur. Me tope con personas nada acostumbradas a interactuar con extranjeros.
Los alimentos expuestos a la intemperie sin resguardos, ni cuidados de temperatura son un clásico de esta parte de la ciudad, de ahí que realmente resulte difícil para un occidental, probar la comida de esa zona. En la otra posiblemente los cuidados sean similares, pero no están expuestos a la mirada del publico, y como ya sabemos….ojos que no ven…
Luego, cuando llegó el turno de la exhibición, estaba alojado en la zona céntrica en uno de los lugares más glamoroso del mundo entero. Allí las calles olían, pero a Chanel. Este lugar es un paraíso para el comprador de productos de marcas reconocidas mundialmente. Los Mall son parte fundamental del paisaje, combinados con los corredores de aire acondicionado que cruzan la ciudad de lado a lado, los caminantes atraviesan el paisaje por un nivel superior al nivel de la calle. Todo un rasgo distintivo de esta parte de la ciudad.
Los vendedores callejeros, en lugar de ofrecer el puntero laser o alguna otra bagatela universal, ofrecen relojes de marca y accesos a trastiendas de los negocios de las reconocidas marcas.
El sightseen bus de Hong Kong fue una burla al bolsillo y a la capacidad intelectual para escuchar tanta cantidad de tonterías en el relato. A pesar que en muchas ciudades lo tomo como punto de partida, aquí No lo recomiendo!!
En Hong Kong hay una oficina del gobierno Chino donde se puede solicitar Visa para ingresar en territorio. Si... Hong Kong es China, pero tiene un status diferente, con moneda propia y acceso a internet sin restricciones. Podrás estar en HK, pero para ingresar al territorio, debes tener una Visa.En la oficina ya te encuentras con toda la burocracia concentrada. Los detalles abundan.
Como es muchas ciudades, tampoco aquí te tomes un taxi desde el aeropuerto hacia tu destino. En el mismo aeropuerto hay una estación de tren que te lleva al centro de la ciudad por HKD 100 y luego, allí el taxi es bienvenido para el ultimo tramo en llegar al hotel. Los taxistas en general son un mal necesario para las ciudades y los bolsillos del turista poco informado. El tren es mas rápido, económico y conveniente.
Las opiniones son personales, lógicamente. Y están basadas en la experiencia construida durante mi viaje. No pretende ser lo que no es...