Rubin escribe de Rubin

Aquí nace mi nuevo Blog, en esta nueva pagina.  

De todo el material de mi Blog anterior he decidido traer aquí la transcripción de una nota que me hicieran en Libros.com en Diciembre de 2011. La traigo, no solo para satisfacer mi ego, sino para que quien se interese en mi trabajo, pueda leer la manera en que lo pienso, y como he llegado a este momento en mi vida. 

Desde aquí les envío un gran abrazo y nuevamente....bienvenidos a mi nuevo tinglado. 

e! 

 

 

Rubin escribe de Rubin
Publicado el 15 diciembre de 2011 por Libros.com

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Parafraseando a personalidades de altísimo vuelo, te diría que a esta altura, a mis cincuenta, voy mirando hacia atrás y uniendo puntos. Y todas aquellas cosas que parecían proyectos inconexos empiezan a conectares amigablemente.

Para no aburrirlos e ir demasiado atrás, os diré que soy Maestro Mayor de Obras, profesión que me permitió pasar del mundo imaginario de los ladrillitos de juguete a los reales. Y edificar.

Fue cuando estudié Arquitectura en Buenos Aires cuando comenzó a apasionarme la estética; un refinamiento de la mirada.

Hasta ese momento parecía que todos los caminos conducían hacia un hombre dedicado a la construcción. Pero fue en mi rol como director de Obra donde comencé a sensibilizarme con las historias de mis dirigidos: Gente humilde, con otra mirada.

Fue ahí cuando abandoné el camino de la arquitectura y estudié Psicología Social, para poder comprender al hombre en situación, al hombre en su interacción con el otro. Algo que a su vez venía poniendo en práctica desde muy joven como líder de grupos comunitarios.

Luego le tocó el turno a la publicidad. Trabajé como director Creativo varios años, ajustando mi mirada creativa y el valor por lo estético.

Cuando me mudé a USA en 2002 descubrí que mis conocimientos eran muy locales (de Argentina). Para trabajar en publicidad debes comprender como nadie la idiosincrasia del lugar y de su gente, y debes manejar todo tipo de idioma de manera maravillosa; en caso contrario no comunicas.

Fue allí donde busqué mi nueva actividad. Debía poder trasladarse a cualquier lugar donde pretenda mudarme -estaba dispuesto a comenzar de nuevo, pero no a hacerlo con cada posible futuro cambio de país-, no debería requerir de un manejo superlativo del idioma local, debiera tener un alto valor estético y un acercamiento al publico de una magnitud diferente. Encontré que estaba atando mis propios puntos hacia atrás. Entendí que no había hecho esos cambios de carrera tan ilógicamente.

Entonces nació El Voyeur de la Ciudad, un personaje que va pintando el perfil de una ciudad desde el collage de las imágenes. No todos vemos lo mismo en una ciudad. La mía, mi mirada, es la que intenta que te armes una buena idea de que es una ciudad una vez que hayas transitado las páginas del libro. No es posible definir una ciudad con una sola imagen y es por ello que ninguna imagen es la Imagen, sino que todas la componen.

El Voyeur de la Ciudad (editorial sol 90) surge de la idea de que no me gusta demasiado pedirle a nadie que pose para mí, por lo tanto el trabajo de este fotógrafo consiste en pasar tiempo en un lugar, mirando detenidamente hasta que aparezca frente a mí una ficha más de ese rompecabezas que compone la imagen general.

Si estás a oscuras y ellos en plena luz, tu eres invisible. Y ese es en parte el secreto: Hacerse invisible, fisgonear en el mundo ajeno y atrapar el instante. No solo ocurre con las personas, los edificios y los monumentos, también depende de horarios de luz o de cielos para contrastar o para fusionar. Todo depende de lo que busques transmitir.

Imagino mi futuro recorriendo ciudades con mi cámara en mano, registrando la esencia de cada lugar y recopilando el material que hará que otros descubran ese lugar con mis ojos. Es un trabajo solitario y me he amigado muchísimo conmigo para poder acompañarme en estos viajes.